CODUE dice «aportes integrales» de la comunidad evangélica generan cambios sociales evidentes
SANTO DOMINGO, R.D. (VIPRENSA).-
El Consejo Dominicano de Unidad Evangélica (CODUE)
dijo que la promoción, los aportes en la educación y
la salud, la asistencia humana como brazo social de
la Iglesia Evangélica Dominicana es evidente, amplia
y diversa, generando cambios integrales esenciales
en favor de miles de personas que hoy son ciudadanos
y ciudadanas que aportan sus conocimientos y
prácticas técnicos-profesionales en beneficio de los
sectores sociales.
El representante de la entidad eclesiástica,
consideró como de serio, calificado, valioso, y de
alto sentido de responsabilidad la tarea que
realizan los educadores cristianos en los
«diferentes espacios de formación» de valores y
ciudadanía, y que sus competencias profesional y
personal no está sujeta a cuestionamientos por sus
ideas y principios como quieren alegar grupos de la
sociedad los cuales exigen derechos, pero no
respetan los derechos de los demás.
Feliciano Lacen Custodio, dijo que las acciones
realizadas por las distintas instituciones
cristianas, son incalculables, principalmente las de
servicio social y espiritual con muchos años de
trabajo en todas las comunidades. Instituciones como
Alfalit Dominicana, SSID, Compasión Internacional,
Visión Mundial, entre otras que trabajan
directamente con programas enfocados a la protección
de niños, niñas y adolescentes, formando en valores
familiares a través de la educación integral,
desarrollo de la personalidad y la protección de
derechos humanos con inversiones millonarias a base
de esfuerzo propio y donaciones. Siendo estas un
brazo operativo del Estado y aportando al Producto
Interno Bruto.
«No podemos dejar de hacer mención a los aportes de
la comunidad evangélica en cuanto la administración
eficiente de orfanatorios, centros de rehabilitación
de adictos a sustancias prohibidas; clínicas,
hospitales, esfuerzos que se realizan para la
promoción, el desarrollo y la defensa de la dignidad
humana y el valor de la vida», añadió Lacen
Custodio.
El presidente de CODUE, sostuvo que es loable los
aportes hechos a la educación y la formación humana
y religiosa con docentes formados en centros
públicos, universidades de reconocida trayectoria
académica de confesión cristiana como el caso de la
UNEV; y qué decir del trabajo tesonero en las áreas
del nivel Inicial, Primario, Universitario,
destacando el trabajo social y espiritual de la
Asociación Nacional de Colegios,
Evangélicos, la Asociación de Colegios Cristianos,
los cientos de colegios de gestión particular que
representan los diferentes extractos sociales que
funcionan en Santo Domingo y las principales
provincias del país.
Feliciano Lacen Custodio, dijo que es tan claro y
evidente en la última década, la implementación y
desarrollo de programas de educación continua,
alfabetización permanente a través de congresos,
talleres, espacio de discusión social, lo que ha
permitido equipar a docentes y líderes educativos
cristianos, para que adquieran una formación
profesional certificada en educación escolar
cristiana, y transmitirla con base a valores
sociales, familiares, y conocimientos tecnológicos a
las generaciones presentes y futuras.
Sociedad: pérdida del sentido de vergüenza y el
sentido del deber
En otro aspecto, el pastor Feliciano Lacen Custodio,
sostuvo que vivimos una sociedad donde se ha perdido
la vergüenza y el sentido del deber. «Vivimos
momentos donde experimentamos una degradación
progresiva, y una agenda diabólica que pretende
destruir con su «veneno» las bases de la
institucionalidad afectando de manera directa a la
familia, origen divino a sus miembros», añadió.
El presidente del Consejo Dominicano de Unidad
Evangélica (CODUE) subrayó sobre la necesidad de que
se preserven valores o conductas éticas y morales
como honestidad, seguir trabajando por a favor de la
integridad, el trabajo, patriotismo y la dignidad de
la mujer dominicana; mantener los «ojos abiertos» ,
ante el conjunto de ataques frontales contra los
valores que han fundamentado la nación dominicana
por parte de los grupos que promueven una «nueva
revolución moral», que va en contra de la moral y
las buenas costumbres que utilizan argumentos para
descalificar a los maestros por el solo hecho de ser
«religiosos» y esto queda fuera de todo sentido de
racionalidad.