Centenario de Víctor Villegas (1 de 4)
Por: Simeón Arredondo | 22 de septiembre 2024
SAN PEDRO DE MACORÍS, R.D.
(VIPRENSA).-Las letras
dominicanas, la República Dominicana y San Pedro de Macorís están de
fiesta debido a que el 22 de septiembre de este 2024 se cumplen cien
años del nacimiento en La Sultana del Este del destacado poeta Víctor
Villegas, quien entre otros galardones obtuvo el Premio Nacional de
Literatura de la patria de Pedro Mir. Este es un acontecimiento que toda
la población debe celebrar, de manera muy especial los gestores
culturales, los escritores y todos los amantes de la buena literatura.
Como aporte a esa celebración, transcribo a continuación las palabras
con las que introduzco mi libro CONTRACANTO A VICTOR VILLEGAS (Santo
Domingo, Editora Mediabyte, 2016) y en la segunda entrega de esta serie,
el poema que da título a la obra con lo que pretendo hacer homenaje a
ese distinguido bardo petromacorisano.
Unas palabras
Conocí a Víctor Villegas en el año 1995. “Éramos niños, Simeón”. Me dijo
en aquel primer encuentro. Y a seguidas acotó: “El viento bufaba entre
los árboles y penetraba con fuerza en los cabellos. Después todo fluía
en la quietud, nacía el agua y sus palomas, el fuego y sus designios, la
casi amarillenta hora de la tarde”. Esta presentación me llevó a
escuchar serenamente todo cuanto quiso decirme. En medio de la
conversación me cuestionó: “¿Dime Simeón, por qué enfrentó los hombres a
los hombres y cercenó a la mayoría sus deseos?” E insistía en preguntar:
¿Por qué es ancho este caudal de angustias si es verde el cielo y la
mañana, y el perfume es tan verde que tiñe los contornos de la noche y
el viento?”
Con marcada ansiedad reiteraba: “Me preocupan esas tumbas invisibles,
hermano de lágrimas”. Para después de algunas explicaciones enfatizar:
“Ahí están todos y me duelen, y vienen a mí y a ti, y entonces yo ardo y
tú ardes, y es todo sol y puños y blasfemas, y es rebelión las hojas de
los campos, el sudor de las fábricas, la red del pescador…”. Hablaba de
Mauricio Báez, Freddy Valdez, María Teresa, Patria y Minerva Mirabal, y
de otros mártires dominicanos. Me dejé llevar por aquella plática
cargada de vivencias y de historias dolorosas hasta llegar al punto en
que el poeta ordena a “los que vendrán después”, hacer “más rutas en la
vida” calificándolos de “Bienaventurados”. “Bienaventurados Simeón, los
que, entre las tinieblas, las balas y la sangre, se crecieron en cantos,
en múltiples caminos, en sonrisas abiertas hacia las redenciones”.
Concluyó diciéndome mientras clavaba su mirada en el horizonte.
Fue entonces cuando comprendí a plenitud la afirmación del vate Abelardo
Vicioso de que “nace el poeta cuando el hombre descubre que la vida no
se desliza con el sosiego apetecido, que es preciso a la juventud hacer
milagros, intervenir de cualquier modo para hacerla volver a sus cauces
naturales. (…) El poeta nace cuando el hombre se da cuenta de que el
pueblo no puede hablar como muchedumbre y endosa su silencio al reino de
la poesía, para que lo haga florecer en términos de esperanza”.
Ni aquellos diálogos ni esas afirmaciones han abandonado mi memoria. Y
tras encontrarme luego con Víctor Villegas en persona y compartir con él
múltiples encuentros en diversos escenarios y momentos diferentes donde
ya tuvimos la oportunidad de conversar acerca de esos y otros temas,
decidí aprovechar uno de esos días que el numen me visita para tomar la
pluma y producir lo que yo he intentado que sea la conclusión de un
diálogo que parece interminable. Así surge el “Contracanto a Víctor
Villegas”, elegía que da título a este poemario.
Tras convencerme de algo que he afirmado ya, el poeta es un vocero del
amor, de la belleza, de la ternura, de la paz, pero también del
sufrimiento, del dolor, de la angustia y de la solidaridad, he tomado
algunas palabras prestadas a las musas para cantar a esas personas que
deambulan por la ciudad pregonando cualquier artículo o servicio para
llevar pan a su casa en medio de la esperanza de que algún día se haga
presente la paz. Del mismo modo he querido prestar mi voz para reconocer
la labor poética y artística de bardos de la estatura de Francisco
Domínguez Charo y de René del Risco Bermúdez. Finalmente, mediante un
poema dedicado a mi progenitora, quiero hacer un homenaje a todas las
madres del planeta, ese ser de sentimiento inmaculado, cuya sonrisa es
capaz de iluminar el universo. He aquí una docena de poemas que
resumiendo todo lo dicho anteriormente sólo procura cantar a la vida, o
más que eso, procura que la vida sea un canto.
eron identificados como Joel David Pérez Rosario, de 19 años, miembro de
la Fuerza Aérea de la República Dominicana, Alexis Isaac Ramírez
Regalado, de 20 años y Yosleidy Martínez, de 18 años, residentes en
Santo Domingo Este.
El apresamiento de estos se generó tras una ardua persecución policial
por los agentes actuantes, quienes lograron interceptar y capturar a
estos elementos en la Autovía del Este, próximo al municipio de Boca
Chica.
Los cuales, momentos antes habían despojado al Raso José A. Brazoban
Valdez, miembro de la Policía Nacional, de su motocicleta marca, Suzuki,
modelo AX100, color azul en la provincia de Hato Mayor, la cual fue
recuperada por los agentes policiales.
Asimismo, les fue ocupado el vehículo marca HIUNDAY, modelo sonata,
color gris, sin placa, en el cual se trasladaban los mismos al momento
del arresto; de igual manera, le fue ocupada una pistola, marca y
numeración no legible, con su cargador y cinco cápsulas para la misma y
tres teléfonos celulares de diferentes marcas.
Los detenidos y las evidencias ocupadas serán enviados a las autoridades
competentes para los fines de lugar correspondientes.
Simeón Arredondo
Poeta y escritor dominicano residente en España
simeonarredondo@gmail.com