Julio Cesar Concepción Rodríguez, MBA.

 

La simplicidad es un instrumento fundamental como parte de cualquier proceso de cambio o transformación, este nos permite adaptarnos más rápidamente a cualquier cambio en el ecosistema. Cuando descartamos la complejidad innecesaria de los procesos, hay mayor agilidad y podemos entonces responder más eficiente y oportuno a los desafíos diarios. De igual manera abordando el concepto de transformación.

Esta trae consigo la creación de nuevas condiciones de fortaleza interna que permiten una adaptación activa a las exigencias del hábitat. La particularidad de los sistemas, la calidad, define el resultado del proceso de transformación y el modo de adaptación. Que las empresas toman como coyuntura para definir una ambición audaz que va más allá del cambio incremental. Es una oportunidad para reflexionar sobre los modelos de negocios y operativos para ofrecer y agregar valor innovador y con visión futurista.

De manera colectiva los grandes cambios que se están generando en la forma de vida de las sociedades a nivel global, obligan a grandes transformaciones, pero es evidente, que estamos dejando al margen la simplificación con calidad. La simplicidad, facilita, lo propio de lo fácil y contrario de lo difícil/dificultad. Qué en principio, es esencial, alienta a que se busquen soluciones simples a las dificultades, es decir, que se escoja la opción que aporte mayor valor empleando el menor esfuerzo posible en la realización de las tareas o compromisos, siempre considerando, que debe prevalecer la calidad. “La ley de la simplicidad es una de las más importantes para los creadores porque nos dice que la mente siempre busca simplificar lo más posible las formas que percibe para relacionar mejor los significados que hay entre unas y otras”.

Las cualidades de la simplicidad se circunscriben en: reducción, organización, posibilidades, tangible, intuición y familiaridad. La calidad, debe prevalecer como parte intrínseca del o los resultados finales, pero solo hasta donde lo permitan las circunstancias es que se debe simplificar. En principio estimula a que se busquen soluciones simples a las dificultades, es decir, elegir de las múltiples opciones expuestas la que aporten mayor valor al o los procesos empleando el menor esfuerzo posible. En contraste con algo complicado. Alternativo, a algo simple o complejo según la forma en que se ha decidido describirlo, depende de nosotros, de nuestra forma de enfocar los inconvenientes del día a día. Tenemos una natural tendencia a complicarlo todo. Pero esta se puede alcanzar si decidimos enfocar nuestras energías en trabajar para ver la complejidad con sentidos diferentes.

La transformación organizacional como método estratégico para llevar a una empresa desde el presente hasta las proyecciones a futuro. Toma en cuenta que la mejor manera de mirar hacia el futuro es tener una idea de hacia dónde se mueven los sucesos. Se alinea con los objetivos de negocio y puede apuntar a múltiples cosas como: Cambiar y/o simplificar los procesos y flujos de trabajo organizacionales para hacerlos más ágiles, adaptables y efectivos. Transformar la cultura de la empresa. Abrazar el uso adecuado de la tecnología para la transformación digital. Poniendo como estandarte, la atención al cliente y la productividad.

Esta innovación empresarial debe considerar la identidad de nuevas oportunidades y capitalizarlas, simplificando o automatizando procesos, reenfocando los esfuerzos la experiencia de la cartera de clientes, impulsando la idea con soluciones simples y efectivas descubriendo soluciones a complicaciones comerciales recurrentes. Implica la creación de nuevas condiciones de vida interna en la organización, que permitan una adaptación activa y congruente con las exigencias del entorno. La particularidad de los sistemas sociales, la calidad de las emociones que suele definir el resultado del proceso de transformación y el modo de adaptación de manera más simple, es decir menos compleja y efectiva, optimizando el tiempo de gestión y por supuesto ahorro de recursos.

El cambio organizacional es necesario y de suma importancia en la concepción perpetuada, para que las empresas tengan éxito y crezcan. Los colaboradores se van y se contratan nuevos, se crean nuevos equipos y departamentos a medida que la empresa crece enfocados en las nuevas perspectivas, se fomenta que las empresas adoptan nuevas tecnologías para mantenerse a la vanguardia y de ahí la suprema importancia de siempre considerar los beneficios que aporta la simplicidad de la gestión en los procesos. El torrente de cambios constantes que se están produciendo en el mundo empresarial, hace preciso que el sector considere todos los instrumentos que les permitan la mayor certeza para la competitividad minimizando circunstancialmente las complejidades.