Mafalda símbolo de conciencia social y del deseo de transformar el mundo presente en la ONU
Por Araceli Aguilar Salgado
Publicado el 8 de diciembre de 2024.
“¡Desde esta humilde sillita formulo un emotivo llamado a la paz
mundial! Total… parece que hoy en día, el Vaticano, la ONU y mi
sillita tienen el mismo poder de convicción.” Mafalda.
Como si fuera una estrella de Hollywood, una escultura de la
creación del dibujante y pensador argentino Quino posó en
algunos de los lugares más icónicos de la sede de la ONU en
Nueva York, entre ellos el cuarto de los intérpretes en español,
para llevar su mensaje de paz, justicia, educación, libertad y
sensatez a “un mundo bastante insensato”.
Mafalda, la eterna niña de 6 años, cuya ingenuidad de doble filo
desarmaba toda injusticia y norma social establecida, ha
cumplido en su 60 aniversario el sueño que una vez expresó en
una de sus viñetas: “aprender idiomas para ser intérprete de la
ONU” y “contribuir a que los pueblos se entiendan”.
De la mano del Gobierno de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires,
su ciudad natal, una estatuilla de Mafalda, esculpida por el
artista Pablo Irrgang, llegó el pasado lunes 2 de diciembre a la
sede de la ONU y se introdujo en el mismísimo cuarto de los
intérpretes de la mismísima sala donde sesiona el Consejo
Económico y Social.
“No es casual que quisiera ser intérprete en la ONU, porque los
valores que Mafalda promulgó siempre fueron los valores de la
paz sobre la guerra, la justicia, la educación y sobre todo la
libertad”, declaró a Noticias ONU la ministra de Cultura de
Buenos Aires, Gabriela Ricardes.
Cuestionar la injusticia y la desigualdad
Nada más llegar a la entrada de la sede, Mafalda hizo su primer
posado en la icónica escultura de la “No violencia”, la pistola
con el cañón anudado obra del artista sueco Carl Fredrik
Reuterswärd, donde fue reconocida de inmediato por un grupo de
jóvenes japonesas de visita en la Organización.
“Mafalda es una niña con una mirada única, perspicaz, crítica e
interesada en los problemas mundiales. Una niña de San Telmo, un
barrio de Buenos Aires, pero preocupada por la paz mundial y por
lo que le pasaba al planeta”, añade Ricardes.
Mafalda, creada por el humorista argentino Quino, representa una
crítica social y política ingeniosa y perspicaz a través de la
mirada de una niña curiosa e idealista. Con su aguda
inteligencia, Mafalda cuestiona las injusticias, la desigualdad,
y la hipocresía en el mundo, mientras expresa preocupaciones
sobre la paz, los derechos humanos y el futuro de la humanidad.
Es, sin duda, un símbolo de conciencia social y del deseo de
transformar el mundo, mezclando humor con reflexiones profundas.
Popular en toda América Latina y España, Mafalda traspasó las
fronteras del idioma español y se llegó a hacer popular en
lugares tan lejanos como China y Japón.
Una de sus características es el uso de la ingenuidad como una
poderosa arma dialéctica. Su carácter de niña le permitió
formular preguntas aparentemente simples pero cargadas de
profundidad y crítica, desarmando a los adultos que la rodeaban
y exponiendo sus contradicciones o su falta de respuestas ante
problemas complejos.
Guillermo Lavado, sobrino de Quino, señala que “era un sueño de
ella contribuir a la paz mundial, quizá un poco inocentemente
pensado que siendo traductora de la ONU podía ordenar un poco
las ideas de los distintos líderes y armonizarlas para que
hubiera menos conflictos y menos guerras”.
Tanto Ricardes, como Lavado y el escultor Pablo Irrgang, que
también acompañó a Mafalda en todo su recorrido por los pasillos
de la ONU, destacaron que Mafalda sigue siendo actual y no ha
perdido vigencia a pesar de haberse cumplido 60 años de la
primera tira cómica en la que apareció.
“Mafalda encarna un montón de valores que en este momento en
este mundo son supernecesarios: los valores de la paz, el
feminismo, la equidad, la igualdad, la ecología, el cuidado del
mundo. Son valores tan transcendentes e importantes que, en este
momento, son más importantes que nunca”, dijo por ejemplo
Irrgang.
“Lamentablemente, sigue siendo vigente porque los conflictos han
cambiado un poco geográficamente, aunque digamos que el Medio
Oriente sigue igual desde hace tantos años y desde que (Mafalda)
nació, pero siempre tenemos los mismos intereses que producen
las mismas guerras”, comentó Lavado.
Ponerse en el lugar del otro
Por ese motivo, para Lavado, el mensaje que hoy tendría Mafalda
seguiría siendo el mismo: “que ojalá nos pongamos de acuerdo
como humanidad para colaborar y no competir y estar más con el
otro contra el otro”.
“Para Mafalda, la educación la justicia y la libertad eran
valores inclaudicables al igual que el ejercicio de la sensatez
en un mundo insensato”, señala Ricardes a la hora de destacar
que ese sería su mensaje hoy en día.
Tras pasear por el vestíbulo de la ONU, la estatuilla de Mafalda
llegó después a la sala donde sesiona el Consejo Económico y
Social y Social, donde fue recibida por el grupo de intérpretes
en español, entre ellos, una colega argentina, que expresó cómo
su sueño, el de ella y el de Mafalda se cumplió y “dejó una luz
de esperanza”.
Este no fue un año más para el célebre personaje de Quino:
primero cumplió 60 años de reconocimiento mundial (en septiembre
de 1964 se publicó por primera vez) y ahora no solo logró su
anhelo de estar en la ONU sino que, además, se convirtió en el
primer personaje latinoamericano en subirse a un escenario para
entregar un premio en la ceremonia de los Emmy Internacional.
En la Gala 52ª de una de las ceremonias más prestigiosas de la
televisión global, Mafalda se encargó de presentar los tres
premios de la categoría “Kids”: Animación, Factual &
Entertainment y Live-Action, acompañada del actor y cantante
mexicano Felipe Colombo, en el Hilton Midtown de Nueva York,
ciudad en la que también visitó el Central Park y Times Square.
Todo esto coincide con la producción de su serie animada, que se
encuentra en pleno desarrollo por Netflix junto con el ganador
del Oscar Juan José Campanella.
La historieta de Mafalda, la nena de abundante melena negra con
corte "carré", fue publicada por primera vez el 29 de septiembre
de 1964 en la revista Primera Plana, y traducida a una veintena
de idiomas –entre los últimos, al guaraní, el hebreo y el
armenio–. Cuenta con una cuidada versión en Braille (disponible
de forma gratuita en todas las bibliotecas públicas del país), y
una película animada en 1982.
El viaje de Mafalda, que arrancó en Buenos Aires y siguió en los
lugares más representativos de Nueva York, desde la ONU hasta el
Central Park o Times Square coincide, además, con la producción
de la serie animada de Mafalda, que se encuentra en pleno
desarrollo por Netflix y el ganador del Óscar Juan José
Campanella.
“Ya que amarnos los unos a otros no resulta, ¿por qué no
probamos a amarnos los otros a los unos?” Mafalda
Araceli Aguilar Salgado Periodista, Abogada, Ingeniera,
Escritora, Analista y comentarista mexicana, del Estado de
Guerrero, México. E-mail:periodistaaaguilar@gmail.com