La importancia del manejo ético para alcanzar propósito compartido en las relaciones públicas
Por Heidi Matos Almánzar
Publicado el 8 de diciembre de 2024.
Las relaciones públicas son fundamentales para la comunicación
efectiva entre organizaciones y sus públicos. Sin embargo,
lograr un propósito compartido exige algo más que buenas
intenciones. Requiere, entre otras cosas, de un manejo ético en
todos los procesos involucrados. La ética se convierte en la
base sobre la cual se construyen relaciones auténticas y
duraderas, y es crucial para cultivar la confianza necesaria
para que las organizaciones y sus públicos trabajen juntos hacia
objetivos comunes.
El propósito compartido implica una alineación entre los valores
de una organización y las expectativas de su audiencia. Para que
esta sincronización sea efectiva, las empresas deben demostrar
un compromiso genuino en cada paso de su comunicación. Esto
significa que deben actuar con transparencia, sinceridad y
responsabilidad, proporcionando información precisa y siendo
conscientes del impacto de sus acciones en sus comunidades y en
el medio ambiente.
Cuando las organizaciones implementan un manejo ético en sus
relaciones públicas, generan un vínculo emocional más fuerte con
sus públicos. La sinceridad en el mensaje y el reconocimiento
del valor de las opiniones de los grupos de interés crean un
sentido de pertenencia. Por ejemplo, si una empresa se dedica a
la sostenibilidad y su público también valora la protección
ambiental, la coherencia en sus prácticas fortalecerá esta
conexión, resultando en una colaboración más efectiva para
alcanzar metas comunes.
Por otro lado, la falta de principios puede frustrar cualquier
intento de establecer un propósito compartido. Las prácticas
engañosas, como la manipulación de información o la falta de
transparencia, pueden erosionar la confianza y destruir
cualquier lazo que se haya formado. En un entorno donde la
información se difunde rápidamente, un solo desliz puede
convertirse en una crisis reputacional que afecte no solo a la
organización implicada, sino también a toda la comunidad que la
rodea.
La colaboración impulsada por un propósito compartido se ve
potenciada por un manejo ético integral. Cuando los públicos
sienten que sus voces son valoradas y consideradas, están más
inclinados a participar en el desarrollo y la evolución de la
marca. Este enfoque colaborativo puede dar lugar a soluciones
innovadoras que verdaderamente se alineen con las necesidades
del público en cuestión, así como a una mejora continua de las
estrategias de comunicación, adaptándose a un mercado en
constante cambio.
Sin lugar a dudas, el logro de un propósito compartido en
relaciones públicas depende en gran medida de un impecable
manejo apegado a las buenas prácticas en todos los procesos. La
ética no solo actúa como un protector contra posibles crisis,
sino que también crea un ambiente de confianza y colaboración.
Cuando las organizaciones adoptan buenas prácticas y se
comprometen a un propósito claro, pueden unir fuerzas con sus
públicos para construir un futuro mejor. Esto no solo beneficia
a las empresas en términos de éxito comercial, sino que también
contribuye a un impacto positivo en la sociedad, promoviendo
relaciones genuinas donde todos se sienten valorados y
escuchados.
Heidi Matos Almánzar es Directora general de Mix
Comunicaciones.