Empresas, comercio y Mipynes: bajo el cristal de la lupa (1)
Por Julio Cesar Concepción Rodríguez, MBA.
Publicado el 8 de diciembre de 2024.
Dada la encarnizada competencia que se origina en el sector por
la sobrevivencia y la expansión de los mercados, se genera
deslealtad de por parte de los actores por sobre salir ante sus
competidores. Y a todo esto sumémosle los aportes de la
tecnología, que según estadísticas no está al alcance de
cualquier capital para competir a esos niveles. Por lo que es
más que necesario que los organismos reguladores vigilen con
lupa, el equilibrio participativo en la dinámica económica, para
la permanencia equitativa de los sectores involucrados.
Concluyentemente para tener éxitos en estos tiempos tan
competitivos, es obligatorio invertir en la capacitación de los
colaboradores y tener una buena y efectiva dirección. Para una
gestión efectiva de las funciones y roles propio de un puesto de
alta dirección, CEO., un ejecutivo debe poseer ciertas
habilidades, conocimientos y competencias ejecutivas para el
desempeño exitoso de sus funciones. Capacidades esenciales que
permiten al personal de primer nivel desempeñarse en el trabajo
de manera eficiente y efectiva.
Estas están relacionadas con aspectos emocionales,
interpersonales y como se desenvuelva y desarrolle cada
ejecutivo. Las competencias ejecutivas se orientan hacia un
concepto más amplio que la simple descripción de puestos. Por
ende evaluar las competencias ejecutivas, debe ser objetiva y
justa evitando generar conflictos, que pudieran generar
resultados alejados de la realidad. Establecer criterios de
medición que permitan eliminar criterios subjetivos y medir el
cumplimiento individual de los objetivos y las funciones
asignadas a puestos específicos.
Los indicadores son esenciales para realizar la evaluación de
las competencias ejecutivas a nivel individual y grupal. También
establecer los mecanismos de medición y las acciones que deben
ser llevadas a cabo a partir de la información generada. Los
indicadores para ser efectivos deben guardar relación estrecha
con los resultados que se desean de cada puesto y no pueden
fijarse subjetivamente, si no en forma directa con el análisis
de puestos. Con base en las responsabilidades y actividades
puntualizadas.
El crecimiento empresarial es un proceso cuantitativo, medible:
se puede crecer desde el punto de vista de la facturación, o en
términos de beneficios, cuando se logran reducir los gastos
además de aumentar la facturación. También se puede crecer en la
situación patrimonial mejorando la posición de deuda o
acelerando el cobro de los créditos. Hay diversos aspectos en
los que se puede crecer y la sinergia adecuada entre estos
instrumentos permite trabajar para llevar al éxito a la
organización.
El crecimiento empresarial es una concepción puramente económica
y financiera, que difiere del desarrollo empresarial,
cualitativo. El resultado más directo del desarrollo recae en la
reputación empresarial o del negocio, que a su vez genera, a
medio plazo, beneficios económicos. Retomando el concepto puro
de crecimiento empresarial, podemos razonarlo como el conjunto
de todas las estrategias destinadas a modificar y mejorar la
empresa desde diferentes puntos de vista: económico, financiero,
legal y estructural. Claro está sin dejar de lado alcanzar mayor
público en el mercado.
El crecimiento empresarial se puede vislumbrar desde diferentes
puntos de vistas:
• Aumento del tamaño,
• La rentabilidad o la cuota de mercado de una empresa.
• Un aumento de las ventas o una ampliación de la cuota de
mercado. Inversiones constantes, adquiriendo otras compañías o
abriéndose a nuevos mercados, tanto de productos como
geográficos.
El modelo de crecimiento empresarial llamado growth hacking (Que
consiste en acelerar el crecimiento de un negocio o empresa
mediante la implementación de estrategias y técnicas creativas.
Se enfoca en lograr el máximo crecimiento en el menor tiempo
posible.) Innovación tecnológica, un factor de aceleración que
puede permitir alcanzar posiciones dominantes en tiempo
razonablemente corto. Gracias a soluciones disruptivas.
Es de considerar que estar bajo el cristal de la lupa, no es más
que reafirmar y/o comprobar la transparencia en los procesos
algo claro, evidente, que se percibe sin duda, ni enigma. Por lo
tanto, basarse en ser claros, en dar signos de evidencia, en
hacerse comprender, sin generar ningún tipo de duda ni confusión
de que se está actuando con honestidad sin influencias de
tercero.